Fue conformada la Red de Periodistas con Visión de Género de las Américas
“Si el periodismo puede bajar gobiernos y subirlos, tiene que tener el poder para que las mujeres vivamos mejor en el mundo.” Se podría decir que esta idea, expresada por la periodista Liliana Hendel, resumió el leitmotiv del encuentro realizado el viernes y sábado entre periodistas feministas de toda América para lanzar la Red de Periodistas con Visión de Género de las Américas
“Cuando una de nosotras llega, llegamos todas, no importa a qué partido político pertenezca”, siguió Hendel, coordinadora junto a Silvina Molina, de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género de Argentina (Ripvgar). Fue en el marco de la apertura del encuentro, en el conversatorio “Periodismo de género: alianzas y trabajo en red”, que se llevó a cabo en la sede de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, con la presencia de Fabiana Túñez, presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres y la Defensora del Público, Cynthia Ottaviano.
Túñez, dijo que “cuando las mujeres nos unimos, cuando trabajamos juntas, cuando nos enredamos, somos poderosas. Y no es el poder del patriarcado, es el poder transformador, revolucionario del feminismo”. Desde ese lugar habló de su relación con las y los periodistas en estos últimos años desde la ong de la que es fundadora La casa del encuentro: “Con algunas fue una relación de mucha complicidad y con otros de hacer docencia porque era difícil hace ocho años que no hablaran de crimines pasionales, que no los pusieran en policiales”.
Además habló de la necesidad de la unión para definir estrategias regionales. Y por ese motivo celebró la conformación de esta red. “Necesitamos compartir experiencias y saberes desde un feminismo popular. Es necesario que las periodistas se unan contra el patriarcado y el machismo”, dijo.
A su turno, Ottaviano planteó que “hoy el desafío que tenemos es el de la construcción de una comunicación igualitaria, no sexista, en un contexto adverso. Ha cambiado la situación de la región”. “Es muy complejo poder construir desde la función pública en un entramado que nos excede y que sigue siendo excluyente para las mujeres y machista. La estructura del Estado también es machista”, agregó.
En la misma línea que Túñez, habló de la necesidad de construir “nuevas pedagogías” para “la transformación cultural, porque ésta es una batalla cultural”. “En el ámbito comunicacional el mayor flagelo en Latinoamérica es la comunicación concentrada con lógicas clasistas, machistas y mercantilistas, que violan derechos todos los días”, dijo.
Fabiola Calvo, de Colombia, explicó el contexto en el que se trabaja en su país, con 60 años de guerra a cuestas, en el marco de la reciente firma de acuerdos de paz, que no garantiza que la violencia haya terminado.
Rachel Moreno, de Brasil, dijo que desde la comunicación hay que “garantizar la permanencia de lo conseguido en términos de derechos”. Explicó que en su país “mujeres y negros son los más golpeados” por el nuevo gobierno, que entre otras medidas regresivas, redujo el ministerio de la Mujer a Secretaría, y nombró al frente a una mujer que está en contra de la despenalización del aborto.
Desde Perú, Silvia Quevedo, contó que se está gestando con mucha fuerza la movilización #Niunamenos en su país, para el 13 de agosto y que los medios están muy comprometidos en la difusión de esta convocatoria contra la violencia machista. Quevedo, que vive en la zona de la selva peruana, dijo que en las provincias el machismo es muy fuerte: “Si las mujeres salen, se dice que descuidan al marido y a los hijos”. Zuliana Láinez, también peruana, habló de la precarización laboral de las mujeres periodistas. Explicó que el 70 por ciento de los periodistas son mujeres, que las redacciones están altamente feminizadas, pero que las mujeres no ocupan cargos de decisión: “En TV solo hay una mujer directora. El techo de cristal es muy grueso”. Además dijo que hay una brecha salarial importante entre mujeres y hombres periodistas y que la conciliación entre la vida profesional y familiar es un “gran problema”.
También señaló que el acoso sexual hacia las mujeres periodistas es alto, en las redacciones y también en las redes sociales, donde “no se ataca su trabajo, sino su vida personal”.
En este diagnóstico coincidió Vanessa Rodríguez, de Paraguay. En su país, dijo, la brecha salarial es del 35 por ciento y solo un 7 por ciento de las mujeres llegan a puestos de decisión. En relación al acoso, dijo que “el riesgo está en el propio lugar de trabajo y en las coberturas. Más de la mitad de las mujeres experimentan abuso, acoso, hostigamiento de sus jefes y de sus compañeros”.
Victoria Uranga sintetizó la situación en Chile diciendo que no hay medios de comunicación públicos, “tenemos un sistema mediático comercial”. “¿Cómo se construye periodismo allí con enfoque de derechos y de género?”, se preguntó. También coincidió con Ottaviano acerca de la concentración mediática: “Más del 70 por ciento de los avisos del Estado se da a dos grupos periodísticos”.
Como se vio, el diagnóstico regional tiene varios puntos de contacto, desde Canadá a la Argentina. A nivel laboral: precarización, brecha salarial, acoso sexual, feminización del periodismo y techo de cristal. A nivel mediático, concentración y tratamiento sexista de la información y los contenidos en general.
Tal como resumió Calvo, la nueva red se propone trabajar tomando como eje la visibilización de las mujeres en los medios. Y como identidad, el hilo conductor del feminismo.